Nuevas formas de participación

El
ideal de la ilustración y el concepto de progreso nos han hecho soñar
durante muchos años con una ciudadanía más responsable, participativa,
con discurso crítico y cada vez más capaz de ejercer sus deberes y de
reclamar sus derechos. El
acceso universal a la educación y en la cultura suponían, para nuestro
país, la meta de una democracia más evolucionada y de calidad. El
ideal humanista parte de la certeza de que la educación básica,
lecturas fundamentales y el acceso a la cultura nos hacen mejores
ciudadanos. Mejores
en el sentido de más críticos, participativos, implicados y
compromesos. Teniendo siempre presente una realidad tan plural y variable
y, en último término, irreductible a un solo factor, podemos afirmar que
los resultados no son los que esperábamos: el nivel educativo español está
por debajo de la media europea, los hábitos culturales son reducidos y
la educación de las personas no se produce sólo en las aulas sino que se
hace, mucho y también, a través del cine, la televisión e internet. Efectivamente,
a los maestros se les deben reubicar, ya no tienen el monopolio de la
educación.Qual es, pues, el tipo de participación ciudadana que ha
surgido de la època de fuerte crecimiento económico? Según
numerosos sociólogos se había creado una sociedad exigente, caprichosa,
de deseos díscolos y sobre todo concentrada a gestionar el propio
bienestar, fruto de una cultura neoliberal, que promociona la
individualisme. Però la crisis ha cambiado el panorama participativo
actual. Muchas personas, una de cada cuatro, han pasado a estar en riesgo de pobreza. Como ha cambiado la participación? En
movimientos como el 15-M o Democracia Real Ya, las movilizaciones del
proceso o del antiprocés que buscan un mundo mejor, o evitar un mundo
peor ... tienen mucho que ver en el no sentirse representados por la
política actual y haber sufrido las consecuencias de la grave crisis Económica. el sistema actual lo que está en crisis. Hemos
pasado del 'mejor del mundo posible', a pesar de sus deficiencias, a un
mundo separado en dos posibilidades: los que siguen el juego al sistema
o los antisistema, con alternativas mucho más radicalizadas, que es
plantean cuestiones tan determinantes como hacer desaparecer el capitalismo,
teniendo en cuenta que elsistema capitalista se basa en libertad de
enriquecimiento e igualdad política y de drets.Es trata de un difícil
equilibrio: mucha gente cree que se ha roto, que actualmente el pacto de
la cohesión social se ha vulnerado,
tal como se demuestra con el rescate a fondo pertido a los bancos, a
la evasión de impuestos, lo tratos fiscales especiales a magnantes, ..... Es un descrédito
tan profundo,
tan estructural, que hace que los movimientos sociales y políticos más
extremos no sean ni tan fragmentarios ni residuales, sino que cojan peso
y que se cobijan bajo movimientos anticapitalistas, así como también que
proliferen grupos extremistas, tendencias
que se demuestra con el resultat electoral a Alemania.La red es como un
enorme espejo fragmentado que da un reflejo de cada movimiento social y
político, donde conviven extremos y el 'establishment' más tradicional. Pero
también es cierto que los movimientos sociales y políticos de nuevo
cuño no están ni en los locales ni en las calles, ni en imprentas
depaper, ni en folletos ni revistas, sino en la red y en los blogs. Estar
conectado permite localizar movimientos, formar parte, interactuar con
ellos, y la no participación en red significa también una fractura
social y política. Grandes movilizaciones en la calle pero cada activista con un movil pendiente de las últimos noticias, convocatorias y grupos.
Parece evidente que la participación social y política en nuestro país ha
conocido tres etapas: muerte del dictador y advenimiento de la democracia
(1975); años de democracia (desde finales de los 70 hasta el 2008) y crisis
económica y crisis democrática (últimos años).¿ Vivimos una crisis de la democracia o un momento especialmente democrático?
Cogiendo las ideas sobre la revolución de Hannah Arendt, hoy es posible
planteárselo todo de nuevo, conjuntamente. Pero por primera vez vivimos la
paradoja, debido al omni - poder económico en la era de la globalización
de si se ha acabado el tiempo de la supremacía política. Parece que nunca antes
la política había tenido un peso menos importante en las sociedades; hacia
tendencia política ha salido indemne de la crisis económica y el discurso
imperante de los gobiernos es la no alternativa a las decisiones que se toman
(Cuando la política debería ser, precisamente, el arte de poder decidir y
debatir). Por lo tanto nos encontramos con movimientos sociales y políticos que pueden
acabar cambiando la representación política, pero parece que la política ya
no puede cambiar el orden económico del mundo.Podemos cambiar de política, pero no podemos cambiar de mundo. Un mundo global y
homogéneamente económico. De hecho, este es el resultado de la economía
especulativa, mucho más importante que el de la economía productiva. parece
que la economía ya no sea un asunto humano, sujeto a debates y en decisiones:
actúa como un fenómeno, tiene leyes propias, como ciclos y tendencias. no se
domina, se gestiona como puede sus empujes; no es el resultado
de un juego de voluntades, sino un producto humano que se ha independizado de la
voluntad de los hombres y hoy se ha convertido en una fuerza de la naturaleza
como los ciclones, los tsunamis y los volcanes, y esta es la imagen actual
de la situación económica: algo para soportar y no para debatir, es
decir, la antipolítica.